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Estrés y depresión, la otra cara del Home office

En conjunto con la ansiedad, se han incrementado por las cargas de trabajo, laborar todo el día y por miedo a perder el empleo.

Amado por unos, odiado por otros el home office ha dejado todo tipo de experiencias. A pesar de todos los beneficios popularizados, para Isabella la realidad es otra porque aunque ya había trabajado así, estos meses se han convertido en algo insoportable que incluso la hacen dudar en continuar con su trabajo.

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“Sí hay beneficios como que no gasto en pasajes o comidas fuera, pero la actividad es muy pesada porque todo el día estoy trabajando, mis jefes piden cosas a todas horas y muchas veces he estado trabajando en la madrugada. No descanso bien y tampoco me queda mucho tiempo ni ganas de hacer otras cosas”, narró la analista contable a El Economista.

Depresión y burnout

Adriana Ortiz, psicoanalista de la clínica de psicoterapia y psicoanálisis Polanco, manifestó que por una parte, lo que ha dejado el home office es menor estrés al no estar en el entorno laboral cotidiano y los traslados, pero también ha incrementado el miedo (principalmente por perder el empleo), la carga de trabajo y ha reducido la capacidad de concentración.

“Hay gente que ha estado tan conectada que ha trabajado a altas horas de la noche porque se pierde el control del tiempo, reciben mails muy tarde y por miedo a no perder el empleo, todo lo hacen. Cuando tienes miedo y te enfrentas a cambios en tu vida, se empieza a generar depresión, que se ha presentado con más desde el confinamiento, al igual que la ansiedad”.

Ortiz destacó que los problemas laborales radican en que los propios líderes se enfrentan a ellos, pues enfrentan despidos y recorte de nóminas, entre otros conflictos; sin embargo, para salvar la empresa es necesario mantener la calma y ocuparse de que los empleados tengan buena salud emocional y ayudarles si se detectan signos de depresión o ansiedad.

Relaciones personales rotas

Ortiz indicó que el miedo también ha generado otro problema, especialmente para quienes han tenido que ir a la empresa a trabajar: la hipervigilancia, estar extremadamente alerta a todo. Por ejemplo, si alguien estornuda o tose, se produce mucho miedo y angustia. También surge una obsesión por limpiar todo y no acercarse a lugares, entre otros comportamientos.

Todo esto conduce a una baja productividad y al volver a las instalaciones, desconfianza de los compañeros de trabajo por temor a ser contagiado.

Muestra de ello es lo recabado en el estudio Covid-19: impacto en el comportamiento de los colaboradores por sector, que revela que tras el confinamiento, la dificultad para establecer relaciones interpersonales se ha incrementado en todos los sectores. En el industrial, el porcentaje es de 49% cuando en 2019 solo era de 44%, además que falta de destrezas sociales suma 36% cuando el año pasado el porcentaje era de cero.

CRÉDITO: 
 Elizabeth López Argueta / El Empresario

https://elempresario.mx/management-mrkt/estres-depresion-otra-cara-home-office

Jorge Alan Coronado Alvarado

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