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Estimulación temprana en los bebés.

El conjunto de medios, técnicas y actividades con base científica que, aplicado de forma sistemática y secuencial, favorece el desarrollo cognitivo, físico, emocional y social del bebé, se conoce como estimulación temprana.

La estimulación temprana a un bebé durante sus primeros años de vida constituye la base sobre la cual se fomentara su desarrollo posterior.

Se sabe que, durante los primeros años de vida, se crean miles de conexiones neuronales nuevas en el cerebro del bebé.

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Una estimulación temprana integral, tanto física como intelectual, será clave en el desarrollo de las capacidades motoras, intelectuales y cognitivas del bebé; fortalecerá los vínculos afectivos; le permitirá establecer el primer contacto con el mundo que le rodea, y fomentará su independencia y su autonomía.

Actividades para estimular el crecimiento del bebé

La estimulación temprana o atención temprana se fundamenta sobre todo en la repetición de estímulos o ejercicios que refuerzan las áreas neuronales de los bebés, las acciones deben enfocarse a reforzar el vínculo emocional, mediante masajes y estímulos sensoriales.

Después, se trabajarán las actividades de motricidad gruesa, motricidad fina, concentración y lenguaje.

  • Ponerle musica clasica u otra musica suave y tranquila
  • Cantarle
  • Colgarle juguetes de colores o con sonido en la cuna, que capten su atención y le animen a fijar la mirada cuando esté despierto
  • Sobre los 3 meses, estimularle el volteo colocando una toalla debajo y tirando suavemente para que se gire
  • Juguetear con los dedos de las manos y de los pies del bebé
  • Ayudarlo a abrir y cerrar las manos
  • Colocarle un dedo en la palma para que la cierre con fuerza y lo atrape

Incluir la estimulación en la rutina diaria

Debe prestarse atención al estado anímico del bebé y buscar el momento apropiado para él, sin forzarlo y asegurándose de haber satisfecho previamente sus necesidades básicas (sueño y hambre).

  • Respetar las horas de sueño y las comidas
  • Evitar la sobreestimulación
  • Comenzar por sesiones cortas, de unos 5 minutos, e ir subiendo
  • Enfocar las actividades como un juego
  • Motivarle con gestos, palabras amables, caricias y abrazos
  • Felicitarle al acabar cada ejercicio, lo haya logrado o no

Y, sobre todo, no olvidar nunca la individualidad de cada bebé, pero el gran potencial de todos que puede aprovecharse para estimularles a la vez que se disfruta del tiempo de calidad compartido.

En conclusión el primer año, los bebés aprenden a enfocar la vista, a estirarse, a explorar y también aprenden sobre las cosas que los rodean.

El desarrollo cognitivo, o cerebral, se refiere al proceso de aprendizaje relacionado con la memoria, el lenguaje, el pensamiento y el razonamiento.

Aprender el lenguaje es más que balbucear o decir “ma-má” y “pa-pá”. Escuchar, entender y saber los nombres de personas y cosas son parte del desarrollo del lenguaje.

Durante esta etapa, los bebés también forman lazos de afecto y confianza con sus padres y otras personas como parte de su desarrollo social y afectivo.

Fuentes:

Joe Rosales Huere

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